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La Crónica de Salimbene es considerada como una de las obras más representativas de este género en el si– glo XIII, y aun en toda la Edad Media. El "Tratado del Prelado", así llama a la sección en la que reúne los 13 cargos contra el hermano Elías, los retratos de diversas personalidades, la descripción de algunos movimientos religiosos populares, como el llamado "Alleluia", son una buena muestra de la eficacia de su estilo, su talento na– rrativo y la agudeza de su ingenio. Y no podemos menos de lamentar que se hayan perdido las otras obras que dice haber escrito. AJacobo de Vitry, un obispo de origen francés, lue– go cardenal, contemporáneo de san Francisco, a quien conoció en Damieta, se deben los primeros. testimonios .<firectos sobre el santo y sus coinjiañeriisi· contenidcff en dos Cártas; la primera de ellas escrita en Génova, en 12J6, y la segunda en Damieta, en 1220; en su Historia occi– dentalis ( 1221); y en dos serfnories que pronunció ante los hermanos menores siendo obispo y cardenal de Fras– catti, hacia el año 1229. Se trata de uno de los más certeros observadores de la vida religiosa de su tiempo, testigo de mayor excep– ción de los orígenes del movimiento franciscano. Decidi– do propulsor de la reforma de la Iglesia y de la Curia romana, en la que dice haber encontrado "no pocas co– sas contrarias a mi espíritu", ya que en ella "todos están absorbidos por los asuntos temporales y mundanos, tan– to que apenas es posible hablar de cosas espirituales" ( Carta I, 7 ). Como contraste, constata algo que ha sido de "gran consuelo" para él: hombres y mujeres que "se llaman hermanos menores" y "viven según la forma de la Igle– sia primitiva". 15