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res 69 , perdió el habla y después sólo lograba decir la frase: "Propter iniquitatem corripuisti hominem", re– prendiendo sus yerros tú corriges al hombre (Sal 38,12). Invocaba muy frecuentemente a san Francisco; y cuan– do todavía gozaba de buena salud, solía decir que nin– gún santo le había ayudado tanto como san Francisco. El papa Alejandro IV había predicho, cuando era todavía obispo de Ostia 70 , que seguramente el Señor sa– caría pronto de en medio al Papa, debido al favor que había concedido en perjuicio de la Orden. Pero cuando murió, todos sus familiares lo abandonaron, menos los hermanos menores. Y la misma cosa había sucedido a la muerte de sus predecesores, Gregario, Honorio e Inocen– cia en cuya muerte estuvo presente el mismo san Fran– cisco 71 • El hermano Mansueto agregó que ningún men– dicante, ni ningún hombre, muere más miserable y vil– mente que un Papa 72 • El mismo hermano Mansueto 73 refirió que el día mismo de su elección 74 , el papa Alejandro IV suspendió la carta que Inocencia IV había 69 Es la bula "Etsi animarum" que limitaba los privilegios de los religiosos "mendicantes" en cuanto al ejercicio de la pre– dicación y de la confesión. 7 ° Cardenal Rainaldo de Segni, protector de la Orden fran– ciscana. 71 Dato precioso. Francisco está al lado de Inocencio III, el Papa que había aprobado su vida, cuando muere en Perusa, el 16 de julio de 1216. n Quizás la observación del hermano Mansueto: " ... quam papa quicumque" se refiere sobre todo al último Papa nombrado, es decir, a Inocencia III. Por Jacobo de Vitry, testigo ocular, co– nocemos los estragos que se hicieron con su cadáver aquella noche. 7 3 El pasaje falta en la edición de Quaracchi. 74 Cfr. la bula "Nec insolitum" del 22 de diciembre de 1254. 158