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respondieron que no, burlándose de él. El toro replicó que no podía más. Entonces los bueyes dijeron que andaban más lentamente porque de– bían trabajar continuamente y no poco tiempo. 107. [El hermano Alberto estaba presente en un Capítulo en Oxford donde predicó un joven hermano; y en vista de que condenaba duramente el lujo de los con– ventos y la abundancia de alimentos, el hermano Alber– to lo acusó de ser un vanidoso]. 108. El obligó al hermano Eustaquio de Mere a comer pescado contrariamente a la costumbre, diciendo que la Orden había perdido muy buenas personas por la falta de discreción. Y recordaba que cuando residía en un hospicio con san Francisco, el Santo le había obli– gado a duplicar cada día la cantidad de alimento que acostumbraba tomar. El hermano Alberto era también tan generoso que una vez reprendió severamente a un guardián y también al ecónomo porque no habían pro– visto a los hermanos con más abundancia después de los afanes de una gran solemnidad. Era un hombre tan comprensivo y compasivo que dio a un hermano débil .de salud la obediencia para ir a su país natal y viajar de un convento a otro de toda la custodia, si lo deseaba, y habría pagado los gastos si el mantenerlo hubiera lle– gado a ser gravoso para los hermanos. Después de haber regido honorablemente la provincia de Inglaterra duran– te dos años y medio, partió junto con varios delegados para el Capítulo convocado contra el hermano Elías. Y después de haber sido ministro general, murió santa– mente en Roma entre sus hermanos ingleses. 109. Le sucedió el hermano Haymón; hombre de gran benevolencia y dulzura, se preocupó de hacer reí- 148
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