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punto de que no hizo excepción ni siquiera con el secretario del Rey, más bien lo retiró de la corte y no le permitió dar ni recibir nada. 95. Adición 58 • El hermano Agnelo fue ministro de Inglaterra durante un largo tiempo, si bien so– lamente era diácono, y no quiso ser promovido al sacerdocio antes de que el Capítulo provin– cial hubiera pedido al Capítulo general que lo promovieran. Era tan devoto en el oficio divi– no que no sólo en la Misa sino también en el coro y cuando iba de camino parecía llorar continuamente, pero de un modo tal que no era notado por algún rumor, ni por algún ge– mido o por alguna alteración de la voz. Ade– más decía siempre su oficio de pie, y repren– dió ásperamente a un hermano que después de una sangría decía las Horas sentado. Después, cuando sintió que la muerte estaba próxima, dijo al hermano Pedro de Tewkesbury: "Tú co– noces toda mi vida". Y como el hermano Pedro le respondiera que nunca le había hecho una confesión general, movió la cabeza y comenzó a llorar fuerte y en seguida hizo una confesión de toda su vida con admirable contrición. Lue– go, llamados los hermanos, les perdonó todas las faltas y cuando, por su voluntad, comenza– ron las oraciones por los moribundos, con su misma mano se cerró los ojos y cruzó los bra– zos sobre su pecho. ss Esta adición falta en la edición de Quaracchi. 141