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COLOQUIO XIV Sucesión de los ministros provinciales 93. El primer ministro provincial de Inglaterra fue, pues, el hermano Agnelo de Pisa, como se ha dicho más arriba 57 ; hombre dotado sobre todo de prudencia na– tural, maravilloso en toda virtud, en la disciplina y ho– nestidad de la vida. Al volver de una misión conducida de manera loable en la curia romana en favor de los prelados ingleses, junto con el hermano Pedro de Tew– kesbury, entonces guardián de Londres, y algunos her– manos predicadores, se enfermó de disentería en Oxford, por el frío, como se decía, y por los trabajos que había llevado a cabo para conseguir la paz entre el Rey y el gobernador de la región de Gales, y por sus viajes a tra– vés de Inglaterra. Curado de la disentería mediante me– dicinas, después fue afectado por una colitis intestinal y por un dolor de costado, tan lancinante, que a duras penas lograba contener los gritos. Antes de morir, durante tres días siguió imploran– do continuamente: "¡Ven, dulcísimo Jesús!" Cuando hu– bo recibido los sacramentos de la Iglesia, se le pidió que propusiera a su sucesor; y él aconsejó enviar al hennano Hugo de Wellys donde el hermano Elías y que los her– manos le pidiesen que les concediera como ministro al hermano Alberto de Pisa, o bien al hermano Haymón o al hermano Rodolfo de Reims. En cuanto a lo que era de su incumbencia, designó al hermano Pedro de Tew– kesbury como su vicario, y, después de haber pedido 57 Cfr. Coloquio I y ss. 139

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