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rra, que dividió en quince capítulos o "coNationes", con– versaciones o coloquios, recordando aquellas reuniones que los hermanos ingleses acostumbraban a hacer des– pués de la cena "para conversar y tomar cerveza juntos" ( Col. I, 9). Al ritmo de la evolución del grupo, la "cola~ ción" se convertiría en un capítulo conventual más es– tructurado, perdiendo aquella espontaneidad e informa– lidad del encuentro fraterno de los comienzos. La misma fraternidad experimentaría esa evolución, como sucedió en Alemania. Eccleston nos informa que recogió estos recuerdos de sus educadores y condiscípulos a lo largo de veinti– seis aftas, con el propósito de que sirvieran para la edi– ficación de sus lectores, especialmente los jóvenes. Cuán– to más que, como lo recuerda el mismo cronista, "la pro– vincia de Inglaterra alcanzó tal perfección que el hermano Juan de Parma, ministro general, llegó a decir: ~¡ Ojalá que esta provincia estuviera en el centro del mundo, pa– ra que sirviera de ejemplo a las demás!'" (Col.XV, 126 ). Los hermanos que llegaron por primera vez a Ingla– terra en 1224 eran 9, cuatro clérigos y cinco laicos; los cuales tuvieron mejor suerte que el grupo de los expedi– cionarios a Alemania, ya que fueron recibidos amable– mente en todas partes. También ellos "trataban a todos con grandísima amabilidad, lo que granjeó para la Or– den la simpatía de numerosas personas" (Col. I, 5). Los hermanos ingleses gozaron de mucho prestigio en la Orden por el tiempo a que se refiere Eccleston, por \'.\ su espíritu de pobreza, su simplicidad y su amor al es- 01 tudio. No pensaban que aquellas virtudes características de la primitiva comunidad franciscana estuvieran reñi– das con la ciencia, tanto, que "si bien los primeros her– manos buscaban por sobre todas las cosas la mayor sim- 11

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