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maestro fue el hermano Rodolfo de Collebruge, que en– tró en la Orden mientras ocupaba loablemente el cargo de maestro suplente en París, y fue nombrado con el mismo grado en Oxford por el ministro general, donde enseñó siendo todavía novicio. Tercero fue el hermano Eustaquio de Normanville, (que en el mundo había sido noble y rico, maestro en las artes y el derecho y canci– ller de Oxford). 68. El hermano Pedro, ministro provincial de In– glaterra, dijo que el ingreso en la Orden del her– mano Eustaquio fue de mayor edificación que la de otros porque en el mundo era noble y ri– co y había enseñado las artes y el derecho co– mo maestro regente y había sido canciller de Oxford, y estaba preparado para iniciar el ma– gisterio en teología. 69. Cuarto fue el hermano Tomás de York. Quinto, Ricardo de Cornovaglia, que tomó el hábito franciscano en París en tiempos en que el hermano Elías perturba– ba a toda la Orden, e hizo su profesión en Inglaterra con fidelidad y devoción durante el período de la apelación a Roma contra el susodicho hermano. Enseguida leyó las Sentencias [de Pedro Lombardo J como bachiller "cursor" en París, donde fue considerado grande y bri– llante filósofo. [Este hermano Ricardo, cuando llegó a Ingla– terra contó en el Capítulo de Oxford que en Pa– rís, un hermano tuvo una visión mientras esta– ba en éxtasis: vio al hermano Gil, simple her– mano laico, pero hombre de contemplación, sa– lir al púlpito y comentar las siete peticiones de la oración dominical, y los auditores eran so- 121