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Fue elegido ministro de Escocia el hermano Enri– que de Reresby, pero murió antes de que le llegase el nombramiento. Le sucedió el hermano Juan de Kethene, guardián de Londres, que incluyó en la Provincia a to– dos los conventos del otro lado de York, y en seguida admitió en la Orden a varias personas honestas y de gran utilidad. Lleno de celo particularmente por el ofi– cio divino, se ofreció a sí mismo como ejemplo de piedad. Recibió con grandes honores a nuestro venerable her– mano Alberto de Leicestor, y humildemente le pidió que explicara la Regla a los hermanos. Después de haber gobernado la provincia de Escocia durante varios años de manera losi,ble, habiendo sido ésta unida nuevamen– te a Inglaterra, fue elegido ministro provincial de Irlan– da por el ministro general hermano Alberto. 54. Adición. En tiempos del hermano Juan, el her– mano Elías mandó que los hermanos lavasen eilos mismos sus ropas: los hermanos de la pro– vincia inglesa obedecieron, mientras que los de la provincia de Escocia quedaron a la espera de una orden particular para ellos. 55. Considero digno de mención el hecho de que también este hermano Juan apoyó con tesón al minis– tro de Inglaterra, el hermano Guillermo de Nottingham, de santa memoria, juntamente con el hermano Grega– rio de Bosellis en el Capítulo general de Génova, y, con– tra casi todo el Capítulo general, ganaron la causa se– gún la cual se debía abolir completamente el privilegio concedido por el Papa acerca de la aceptación de dinero por medio de los procuradores, y se debía limitar la in– terpretación de la Regla dada por el papa Inocencia IV, 113