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drían ser absueltos por él de esta sentencia; y además que refiriese al ministro general todas las acusaciones. El resultado fue que surgió una agitación tal entre los hermanos que nunca se había visto antes. En efecto, cuando los hermanos fueron congregados en Londres, Southampton, Gloucester y Oxford, y se encontraron juntos en grandísimo número alargando excesivamente su estadía, se produjo inmediatamente en toda la Pro– vincia un alboroto intolerable, porque, dentro del Ca– pítulo, los hermanos se acusaban unos a otros, y fuera, crecía la sospecha de los seglares. Finalmente, cuando se terminó la visita a todos los conventos, se celebró el Capítulo provincial en Oxford y, por decisión unánime, se envió una apelación contra el hermano Elías. · 51. Después, el visitador, además de la visita tenía el poder, y en su mandato había recibido instrucciones de hacer otras cosas que se tornarían de un peso nota– ble para los hermanos. Se dirigió, pues, a la Provincia de Escocia y, convocado el Capítulo, quiso hacer la visita. Pero los hermanos apelaron y expusieron su petición, diciendo que habían tenido la visita del ministro pro– vincial de Irlanda, delegado por el Capítulo general, y que no querían otra. Viendo que por todas partes había una agitación general, el visitador también se sintió no poco confundido, y volvió a Alemania llevando consigo el infarme de su visita. El hermano Guillermo de Ashby, a quien había enviado a visitar Irlanda, luego que hubo completado lo que se le había mandado, se le unió en Colonia. Por esta razón, cuando los hermanos se reunieron en Roma, pidieron que las visitas fuesen las establecí.das por el Capítulo general, según lo prescrito por la legis– lación sobre los visitadores. El hermano Arnulfo, peni- 111

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