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COLOQUIO VII División de la provincia en custodias 41. Luego de estos hechos, habiéndose multiplica– do los conventos y dilatado los hermanos tanto por mé– rito como por número, pareció oportuno dividir la pro– vincia en custodias. En el primer Capítulo provincial de Londres fue, pues, dividida en varias custodias y cada una de ellas se distinguió por una particular virtud. La custodia de Londres, confiada al hermano Gil– berto, a quien, cuando estaba a punto de morir, se apa– reció la bienaventurada Virgen, brilló sobre todo por el fervor, la humildad y la devoción en el oficio divino. La custodia de Oxford, que fue presidida por el herma– no Guillermo de Ashby, se hizo famosa principalmente por la actividad intelectual. 106 42. En la misma custodia de Oxford, gobernada durante doce años por el hermano Pedro, los hermanos no usaron almohadas hasta que el hermano Alberto de Pisa llegó a ser ministro. Por eso cuando el hermano Alberto dijo en el Capítulo que los hermanos usaban. arrimade– ros de modo inconveniente para tener levanta– da la cabeza, el custodio respondió que los her– manos sabían bien que tenían debilidades hu– manas, pero no era necesario decírselo. Ni si– quiera usaban sandalias, a no ser los enfermos y los débiles, y sólo con permiso de los superio– res. Sucedió después que el hermano Walter de Madeley, de buena memoria, encontrase un par de sandalias y se las puso para ir a Maitines.

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