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COLOQUIO VI Promoción de los predicadores 30. Aunque los hermanos se empeñaban con todas sus fuerzas en conservar en todo suma simplicidad y pu– reza de conciencia, estaban, empero, llenos de ardor en el estudio de la Escritura y de las disciplinas escolásti– cas, tanto que cada día se dirigían a la escuela de teo– logía, por más que estuviera distante, descalzos incluso en la aspereza del frío invernal y el abundante barro. Por eso, con la ayuda de la gracia del Espíritu Santo, varios fueron promovidos en breve tiempo al oficio de la predicación. El primero entre éstos fue el hermano En– rique de Baldock, de feliz memoria, después el hermano Felipe de Londres y el hermano Guillermo de Ashby, quien anunció la palabra de Dios tanto al clero como al pueblo, no sólo con la predicación sino también con el ejemplo de su piedad. 31. Dio un gran impulso a la predicación y nuevos motivos de prestigio y autoridad para ellos, el ingreso en la Orden del hermano Haymón de Faversham 22 • Era ya sacerdote y predicador famoso cuando pidió ser admiti– do en la Orden junto con otros tres maestros, en Saint– Denis, el viernes santo. 22 Haymón de Faversham entró en la Orden en París (1222) y, después del establecimiento de los hermanos en Inglaterra (1224), se les unió en su patria. Tuvo una parte notable en el procedimiento contra el hermano Elías (cfr. más adelante, Co– loquio XIII). Es también recordado por Jordán de Giano (nn. 70- 71). 98

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