BCCCAP00000000000000000000747

78 FRAY CANDIDO DE VIÑAYO, O.F.M. CAP de París. Había sido llamado por el Cardenal Ri– cherio Gualla, a fin de ponerse al frente del mo– nasterio de San Andrés, fundado por el citado Car– denal. Allí daba, el dicho Abad, sus lecciones de Teología Mística, con gran admiración y aprove– chamiento de sus discípulos. Fray Antonio no se alistó precisamente entre los discípulos de Tomás Gallo. Pero se propuso aprovechar las horas en que se veía libre de su pre– dicación, para escuchar las enseñanzas del gran místico. Llegó a tratar con él de tal manera que había entre los dos familiaridad de verdaderos ami– gos. Tomás Gallo pulsó los sentimientos de aquel joven franciscano. Se dio cuenta de la penetración de su espíritu exquisito, de la captación profunda que tenía de la vida espiritual, y con el tiempo llegó a hacer de él este admirable elogio : -Muchas veces, penetra el amor allí donde no puede llegar la ciencia. Esto lo he experimentado yo en el bienaventurado Fray Antonio, de la Or– den de los Frailes Menores, con el cual estuve unido en la más estrecha amistad. Había otros más ver– sados que él en las ciencias profanas, pero él no tenía rival en la Teología Mística. Hombre verda– deramente extraordinario, corazón puro, corazón que rebosa de amor, y del cual podía decirse como de San Juan Bautista: Era una antorcha que ardía y brillaba. En su interior, este hombre de Dios se

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz