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ANSIAS DE MARTIRIO 41 contra los frailes del convento de Olivares por haber marchado el santo joven del monasterio. Pensaban que había conseguido el consentimiento del Prior casi a la fuerza, y esto hacía que conservaran cierta animosidad contra los franciscanos. ·Mas con la ausencia de Fray Antonio, de Coimbra, podrían cal– marse los ánimos. Había comenzado el otoño, pleno de esperanzas para Fray Antonio. Una mañana, acompañado de otro religioso llamado Fray Felipe, sale del conven– to de Olivares con un pobre hatillo por todo equi– paje. Atraviesan Coimbra y se encaminan hacia el Norte. Al verlos los curiosos, sin duda, pensaban entre sí: -Esos dos pobres frailes van a pedir limosna a las aldeas vecinas. Pero se engañaban. Los dos frailes se dirigían a Oporto. Allí les esperaba una nave mercante, en la que pensaban hacer la travesía hasta llegar a Marruecos. Caminaba Fray Antonio con su compañero, y al ver el campo verde poblado de árboles, vides y maizales, se le ensanchaba el corazón pensando en la divina aventura que iba a emprender. Subieron a la nave, la cual levantó anclas y siguió rumbo ade– lante por el Atlántico. Mientras se deslizaba suavemente la embarca– ción, Fray Antonio, sintiendo la caricia de las bri-

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