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24 FRAY GANDIDO DE VIÑAYO, O.F.M; CAP. años, hasta que pudo realizar ll.11ª idea fija en su alma : huir de Lisboa adonde pudiera gozar de paz y darse por completo al servicio de Dios. Había en Coimbra, capital entonces de Portu– gal, otro monasterio perteneciente igualmente a los canónigos regulares de San Agustín, y de éste preci– samente dependía el de San Vicente de Fora. Y allí pensó retirarse el Santo joven. Comunicó sus deseos al Prior de San Vicente. Este, no queriendo despren– derse de religioso tan observante y fervoroso, en quien cifraba las más halagüeñas esperanzas, en un principio, se negó a su petición. Insistió Fernando con reiteradas súplicas, y, por fin, viendo el Prior los buenos deseos del joven de servir a Dios, desli– gado de todo lazo terreno, le concedió el permiso so– licitado. Con esto Fernando ya pudo. trasladarse a Coimbra. Coimbra, recoleta ciudad medieval, situada entre verdes colinas, ofrecía a Fernando un ambiente fa– vorable para su espíritu ávido de santas ascensio– nes. Allí el monasterio de Santa Cruz le esperaba con su acogedor clima de espiritualidad. Era cuna de la Orden Agustiniana en Portugal y todavía se percibía el perfume del santo .varón que lo había fundado y regido por algún tiempo. Florecía en este monasterio la regular observancia junto con la ca– ridad fraterna. En esta atmósfera propicia al reco– gimiento, todo parecía convidar al divino servicio.

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