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220 APENDICE Que el ejemplo de San Antonio nos mueva a conservar la vida interior en medio de nuestros trabajos y preocupa– ciones. Padrenuestro, Avemaría y Gloria, etc. DIA SEPTIMO FLORECILLA ANTONIANA El demonio huido San Antonio pr,edicaba en Padua la última Cuaresma. La ciudad entera estaba conmovida con su predicación. Pero el demonio a todo trance quería impedir su fruto. Una no– che mientras el Santo descansaba, una mano fuerte e invi– sible intentó ahogarle. San Antonio se dio cuenta de que era el diablo que quería quitarle la voz para que no si– guiera predicando. Al momento el Santo hizo la señal de la Cruz e invocó a la Virgen. Abrió los ojos para ver la huída del demonio. Entonces su celda se vio inundada de luz ce– lestial, en medio de la cual Nuestra Señora mostraba al Santo una maternal sonrisa. · San Antonio continuó predicando y el fruto de su predi- cación fue copiosísimo. Cuando el demonio, con sus sugestiones, quiera impe– dirnos alguna buena obra o inducirnos al pecado, imitando a San Antonio, hagamos la señal de la Cruz e invoquemos a la Virgen María. Padrenuestro, Avemaría y Gloria, etc.

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