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216 DIA SEGUNDO FLORECILLA ANTONIANA En la soledad. APENDICE Poco después de arribar a Italia, San Antonio, siendo extranj,ero y desconocido, es destinado al eremitorio de Monte Paulo. Sus ansias de martirio fueron trocadas en santos anhelos de oración y penitencia. Instalado en una gruta, que hacía de celda, pasaba gran parte del día y de la noche entr<egado a la divina contemplación. En aquella soledad, su pensamiento se concentraba por completo en Dios. Practicaba el más riguroso ascetismo y se ejerci– taba en los oficios más humildes. Mas su vida, escondida con Cristo en Dios, era para cuantos le observaban un perfume exquisito de santidad. San Antonio antes de su apostolado, a imitación de Cristo, se entrega a la oración y a la penitencia, y así templa su espíritu para la gran obra, a la cual el Señor le llamaba. Sepamos, como San Antonio, orar y hacer penitencia, a fin de que nuestra vida cristiana sea fecunda en santas obras. Padrenuestro, Avemaría y Gloria, etc.
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