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APENDICE 205 molestada por el Tentador. Mas se le proporcionó una co– pia del escrito con la cruz, y con ello recobró su tranquili– dad hasta la muerte. Desde entonces, aquella oración se ha reproducido en estampas, cruces y medallas; y de estos objetos se han va– lido los devotos de San Antonio como medio ·eficacísimo para ahuyentar las tentanciones diabólicas y también en tiempos de terremotos, de pestes, de guerras y de otras calamidades privadas y públicas. La Cruz de San Antonio, además de ser un medio para obsequiar al Santo de Padua, venerar la cruz y obtener la ayuda del cielo, está indulgenciada. León XIII, el 21 de mayo de 1892, concedió cien días de indulgencia a quien llevase esta cruz y rezase la oración grabáda en ella. Abogado de las cosas perdidas Los santos, además de ser nuestros modelos, son nues– tros protectores. A ellos podemos acudir en todas nues– tras necesidades, tanto espirituales como materiales. Pero hay santos que son abogados, en especial de algunos casos que nos. pueden ocurrir. Por ejemplo : Santa Lucía es abo– gada de los ojos ; San Bias, de la garganta; San Roque, de la peste; San Nicolás, de los buenos negocios, y así por este estilo podríamos citar otros nombres de santos. que in– terceden por sus devotos en casos particulares. San Antonio de Padua es invocado en todos los con– flictos, y sus devotos acuden a él en cuanto han menes– ter; pero él es abogado especial de las cosas perdidas.
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