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XXIV EN EL CORO DE LOS SANTOS El sagrado cadáver del Santo de Padua, quedó depositado en la iglesia de Santa María. Desde el día que tuvo allí cristiana sepultura, fue venerado por el pueblo fiel con fervor siempre creciente, de suerte que pronto aquella iglesia, en vez de llamar– se de Santa María comenzó a llamarse la iglesia del Santo, hasta que se alzó la magnífica basílica donde descansan los restos mortales de nuestro Santo tan querido de Padua. El sepulcro continuó siendo visitado desde el mismo día del entierro. En especial, las visitas se le