BCCCAP00000000000000000000747

166 FRAY CANDIDO DE VIÑAYO, O.F.M. CAP. presentaron en Arcella para hacerse cargo del ca– dáver y llevarlo a la iglesia; pero no pudieron to– carle ante la multitud amenazante de la guardia que habían puesto los de Capo di Ponte. Inmediata-· mente apelaron al Obispo y al Podestá. Estos se pusieron al lado de los religiosos. Entonces, los de Capo di Ponte doblaron sus amenazas y juraron perderlo todo antes que ceder el cuerpo del Santo. Por momentos crecía la agitación. Oleadas de gente de Padua se acercaron al convento· de Arcella. Los frailes temían que les robaran el cadáver ve– nerando. Para impedirlo, cerraron la puerta del con– vento. Además, hacía calor, y por ello había peligro de que el cuerpo del Santo comenzara a descom– ponerse. Para evitar esto, los religiosos resolvieron enterrarle en una sepultura provisional. Esto exa– cerbó más los ánimos. Corrió la voz entre la multi– tud de que iban a robar el cadáver. Entonces, los de Capo di Ponte forzaron las puertas, entraron con armas en el convento y obligaron a los religiosos a desenterrar el cadáver para que el pueblo pudiera venerarle. En esta inquietud fueron pasando tres días. Se esperaba la llegada del Ministro Provincial de los Frailes Menores, el cual era quien tenía que resol– ver el conflicto. Llegó el Provincial y ordenó que el cadáver se trasladara a Santa María. Los de Capo di Ponte se resistían a ceder de sus derechos, pero

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz