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ULTIMAS PREDICACIONES 137 -Hallándome en oración el día de San Antonio vi el alma de este Santo llevada de los ángeles a los pies de Cristo. Nuestro Señor abría enteramente la llaga de su Corazón, y este Corazón todo resplande– ciente de luz atraía y en cierto modo absorbía el al– ma de San Antonio, como la luz del sol absorbe toda otra claridad. En el Corazón de Jesús se me apareció el alma del Santo como una piedra preciosa que lo llenaba todo. La hermosa variedad de sus colores me pareció la variedad de sus virtudes, que brillaban con esplendor maravilloso en el océano de luz del Cora– zón de Jesús, para honor de Cristo y gloria del mis– mo Santo. Tomó Jesús esta perla de su Corazón y se la dio al Padre eterno, que la mostró a la admiración de los ángeles y los santos. (Venerable Juana María de la Cruz). Esta visión de una sierva de Dios nos indica toda la hermosura del alma de San Antonio y todo el amor que el Santo tenía a Jesús, y que Jesús le tenía a él. San Antonio es una perla del Corazón de Jesús, y es– ta perla viene a ser la admiración de los ángeles y los santos. Todo esto nos pone de manifiesto que el corazón de San Antonio, sobre todo al acercarse al final de su vida, era una ardiente hoguera de amor, donde ar– día todo el incendio de la divina caridad que no le hacía sino vivir para Jesús y las almas.

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