BCCCAP00000000000000000000747
TEMPESTAD Y CALMA 125 de Fray Elías, procuró calmar los ánimos. Se dirigió a todos los religiosos allí presentes y tuvo para ellos palabras de elogio por la defensa enérgica que habían hecho de la santa Regla. Felicitó en particular a Fray Antonio por su in– tervención. Mas considerando su quebrantada salud, efecto de su incansable trabajo en el apostolado, le quiso dejar libre de todo cargo y prelacía, diciéndole: -Tú, Fray Antonio, verdadera Arca del Testa– mento, en la cual reposan las Tablas de la Ley y los tesoros de la sabiduría, quedas libre de todas las obli– gaciones de la Orden ... , invitándote a que te dedi– ques a la oración y a la composición de tus sermones. Las palabras del Pontífice llenaron de santa ale– gría el alma de Fray Antonio. Al fin se veía libre de cargos que perturbaran su vida interior. Podía re– tirarse a un convento, donde habría de gozar de paz en el estudio y la oración. Su espíritu iba de nuevo a explayarse sin trabas ni ruidos en la contemplación de los divinos misterios de nuestra fe. Lejos de las mezquinas ruindades de los hombres, buscaría el re– fugio y el consuelo de su corazón sólo en Dios. Es verdad que el trabajo apostólico le tenía ya agotado; que la enfermedad comenzaba a desmoro– nar su organismo ; pero fuerte en su espíritu, retirado en cualquier convento solitario, en la paz de Dios, remontaría el vuelo de su alma al mundo sobrenatu– ral y en nuevas ascensiones místicas se elevaría a la
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz