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110 FRAY CANDIDO DE VIÑAYO, O.F.M. CAP. cadáver, prorrumpía en un alegre y clamoroso gor– jeo, los hijos del Pobrecillo derramaban copioso rau– dal de lágrimas. Penetrado de esta tristeza íntima, Fray Elías, Vi– cario General de la Orden, daba la dolorosa nueva a todos los superiores, diciendo: -Antes de empezar a hablar, suspiro, y con ra– zón : el dolor invade mi corazón como un torrente que se desborda. La desgracia que me temía ha caído sobre mí y sobre todos vosotros. En semejantes términos, sigue manifestando su dolor y rogando al Señor que les dé otro Padre que sepa guiar la Orden en las batallas y triunfos del espíritu. En verdad que la muerte del Seráfico Fundador creaba un gran conflicto. Se precisaba convocar el Capítulo General, el cual había de celebrarse en la fiesta de Pentecostés del año siguiente, es decir, el 30 de mayo de 1227. Al Capítulo debían acudir, según la Regla ya vigente, los Provinciales y los Custodios, con el fin de elegir sucesor del Santo muerto. Como Fray Antonio era Custodio de Limoges, era menester que acudiese a aquel Capítulo como representante de aquella Custodia. No se sabe con certeza qué rumbo llevó en su viaje ni en qué fe– cha salió de Francia ni cuándo tuvo lugar su arribo a Asís. Lo cierto es que llegó con tiempo para el

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