BCCCAP00000000000000000000746

42 VEINTICINCO AÑOS DE APOSTOLADO mado después junto con la iglesia, en la que estaba enterrado él, y añade el Padre Anguiano que "desde entonces hasta oy, aviendose convertido en ·bosqµe el Pueblo, y la Iglesia, solo no ha nacido yerba sobre su sepµltura, estando todo lo demás cubierto della". También murió en este mismo pueblo de Mariguaca, según el ci– tado Padre Angniano, •el Padre Arcángel de Barcelona, quien predijo con mucha anticipación el día de la misma y el lugar de su sepultura, todo lo cual acaeció con forme lo había dicho (58). Ignoramos cuándo dej6 de existir este pueblo de indígenas defini– tivamente, puesto que el 20 de mayo de 1728 escribía el Padre Benito de i.\Ioya, Prefecto de las Misiones de Guayana, "no hallamos n i vesti– g ios de las pasadas'' (Misiones) (59). 1 No es improbable que escogieran el pri111itivo lugar de este pueblo para fundar alguno de los. nuevos q uc e~ tablccieron desde 172-1 en adelan te, si bien no consta . b ~ .- "Nue::;tra Seí'í.ora de Belén de los Tol'umos" (1687) .- Llámase Cerro del' Totumo o de los Totumos, el que queda ·a 5 kilóme tros al oeste de Upa ta, donde actualmente hay un alambique perteneciente al cascrh de Sabanetica. También hay otr o cerro de igual nombre, "El Totuma", que queda cerca de San Ped1~0 de las Bocas. Pero no es éste ni puede ser el célebre Cerro de los Totumos, de que tanto h abla la historia en los primeros tiempos de Guayana, contra el parecer <lel Sr. Duartc Level. Para convencerse de ello, bast3: tener en cuenta la dis– tancia que había entre él y Santo Tomé de Guayana, y la dirección .que J.levaban las expediciones, datos que sólo convienen a l cerro de l pata. Hcsnelto Don Antonio Berrío a dar con la famosa Manoa, donde ,quiera que estuviera, envió 300 hombres el año 1595, y con eUos tres R eligiosos Franciscanos de los llegados en la expedición de Vera. Iba la e:'..pedición al mando de un portugués, llamado Alonso Jorge, y lle– vaba por guía al cacique de los aruacos de Aromaya, Morequito, tan ,unigo de los españoles. Llegaron hasta el Cerro de los Totumos, donde · acamparon . Pero las enfermedades los diezmaron, acabando con más de 100; luego cayeron sobre ellos ·d e dos a tres mil i ndios, que, hallán– dolos débiles y sin fuerzas, h asta no h aber apenas 40 que pudieran empuñar las armas, h icieron tal estrago en .ellos, que sólo unos 30 pudie– ron <;alvarse y r egresar a G.uayana. Entr e , éstos se contaban los tres Religiosos, que, aunque llenos de llagas, tuvieron aliento para traer (58) P. Anguiano, Mission Apostólica .. . en Relaciones Históricas cits., pg. 140.. Id., Crónica cit., en P. Rionegro, Relac.s. de las Misns ... , t. II, pg. 166, 167.- P. Lodares, t. cit., pg. ·16,S, nata r. (59) P. Rionegro, ib., pg. 232.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz