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·· ANTECEDENTES ·FIISTORTCOS .. ·. : 41 temente se oye y 1ee), que queda en 'la margen izquierda del caño lVIa– careo al separarse del Orinoco. ·Este si tio es más· indicado' ·por lo alto• del teneno y para la agr~cultura que tenían los indios de Ut·ia Paria. Puede ser que el estero de Aruacay, de que da cuenta el Padre Aguado, fuera la laguna de Barrancas, pues distaba algo del pueblo, o también las r ebalsas. Como Caruao estaba al otro lado del río, habría que con– cluir de todos los datos ::mledichos y escogiendo lo más verosímil según las car acterísticas de la región, que Aruacay estaba en el costo de San Rafael de Barrancas, y Caruao, para atrás de los Castillos de Guayana actuales, .de dos a tres leguas tierr a adentro (57) . · Tanto los indios de Aruacay, como ·1os de Caruao, parece que eran aruacos, ya a juzgar por la abundante agricultura que cultivaban (lo que no hacían ni los caribes, ni nuestros guaraúnos), ya porque algún mapa antiguo lo indica expresamente. El nombre de Aruacay (W;llter Ralcigh dice "Arrawa-kay" en su mapa citado) parece dicción gua– raúna pura, <le Aru-a-ka-i, punta o extremidad de la yuca-del tubércu– lo. También podría llamarse Aru-a-ka-ji o Aru-a-ka-ju, y significaría lo mismo. Es inter esante aprovechar la oporcunidad para consignar que en– fren te del costo de San Rafael de Barrancas y en el lecho del Orinoco, cuando baja mucho, se encueqtran fragmenlos de cerámica indígena, que acusan una perfección en ese trabajo más que de indios. También se hallan fragmentos semejantes enfrenle de los caseríos de Santa Ca– talina y Sacupana del Cerro, cuando el río est* bajo. En los alrededo– res de la "Laguna de Coporito" pudimos hacer l:men acopio de objetos similares h ace más de doce años. También es digno de mención el petroglifo que se halla en la margen de~echa del caño Carrizal_, afluente del Piacoa, internado en el monte, y los huecos redondeados, que se– mejan platos perfectos, pero engastados o esculpidos en la roca viva de color de jaspe, que baña el agua al subir la marea. Estos se hallan algo antes de la boca de dicho caño Carriza-1. Nos han hablado de o tros dos o lres petroglifos existentes más a dentro del monte en ese mismo sitio, pero no hemos tenido la oportunidad d e poderlos ver. Ya dijimos cómo murió en· este Mariguaca, de que venimos hablan– do, en 1682, el Padre Angel de Ma tará, y en 1688, el Padre Tomás d e Lupián. Del primero refiere el Padre Anguiano que, antes de su muer– te, predijo la destrucción del p ueblo de Mariguaca en castigo de las culpas de sus moradores, lo que se cumplió a la letra, pues fué que- (C•7) Padre Aguado, H istr. de Venezuela. cit., t. I. pgs. 322, 323, 384 y 386.-P. Caulin, Histr. de la Nva. And., pgs. 138, 140. - Duarte Leve!, Histr. cits., pgs. 61, 55 y 57.
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