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APENDICE __, PROGRAMAS Y DISCURSOS 289 nezuela en el cultivo del arroz,-en hacer ensayos sembrando la her– mosa gramínea en las prometedoras tierras bañadas por las mareas, en una forma que sólo la naturaleza con sus impenetrables misterios es capaz de crear para el benificio de las grande•s masas productoras. La r espuesta a tan plausible iniciativa está patente: El Territorio ocu– pa ahora el primer puesto en la producción arrocera de Venezuela. ¿Para qué. seguir haciendo historia del sacrificio de estos Misioneros, cuando ésta es demasiado conodda por los sectores responsables del país? A ellos, abnegados y ejemplares, van dedicados estos apuntes, co– mo el más humilde homenaje del Director de este semanario. Lamento no peseer los ,conocimientos necesarios para hacer un es– tudio a fondo no sólo de esta grandiosa labor, sino de una Obra de gran alcance para el enriquecimiento de la geografía venezo,lana. El excelente amigo Fray Isaac de Mondreganes ha tenido la gentileza de mostrarnos un mapa completo del Territorio. Es una labor concienzu– da y valiosísima que ojalá merezca Ja aprobación o adaptación en las escuelas de la República por las autoridades correspondientes; es la fjcl expresión de lo que es la región del Delta. El vendría a sustituir el viejo mapa <lel Territorio, incompleto 'y formulado por hombres que no conocen en toda su plenitud nuestra vastísima región. El Padre Isaac y los demás Misioneros del Delta, después de largas jiras, de informes obtenidos personalmente ,en sus constantes andanzas apostólicas, han llegado a obtener una de sus más prometedoras aspiraciones: la espe– ranza inquieta del investigador, la idea feliz del que trabaja con tesón y ahinco por una cnusn nohle.