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256 VEINTICINCO AÑOS DE APOSTOLADO Notó luego la deficiencia que había en materia de instrucción e in– mediatamente puso una escuela particular que él mismo atendía sin P'erjuicio de su ministerio apostólico. Envidiosos detractores hubo que elevaron informe al Inspector Técnico de Ciudad Bolívar contra la es– cuela d•el Pad.re. Presentóse aquél incontinenti; registró los libros, exa– minó a los escolares y tan satisfecho quedó de la cultura de éstos, que en la jira que hizo p_or las otras escuelas de El Interior' ei1 todas r eco– mendó y puso por modelo la del Padre Samuel, y desde Ciudad Bolívar escribió al Ministro d•el ramo pidiendo para el Padre el título de maes– tro nacional, y la escuela fué federalizada. En diciembre de 1926 fué nombrado párroco de la villa de Upata, sede d~l Vicario, Apostólico del ·Caroní. Serios inconvenientes se le pre– sentaron al principio por mala inteligencia <le algunos r especto al ines– perado-cambio ele párroco ; mas él su.po allanarlos luego con su trato y modo ele ser, desplegando el mismo celo y actividad,que en otras partes. En la Misión del Araguaimujo. Tres años escasos Irl-evaba establecida la primera casa misional en 1:l Vicariato Apostólico del Caroní, bajo el nombre de "Divina Pastora del Araguaimujo'', en medio de los intrincados caños del Orinoco, en el Territorio Federal D.elta Amacuro. Al frente d,e ella estaba el vete– rano misionero Padre Luis de León, a ·quien los añ-os y 'las dolencias no permitían demorar por más tiempo en sitio tan inhospitalario y alejado de r ecurso facultativo, por lo que los superiores hubieron de trasladar– te a lugar más céntrico y ,escogieron para sustituirle al Padre Samuel de San Mateo. Tomó a su cargo dicha Misión en febrero de 1928, regentándola du– rnnte cuatro años, - hasta su muerte, - en los qu,e r ealizó obras que inmortalizarán su actividad como misionero. Su preocupación constante desde ell primer momento, rayana a ve– res en obsesión , fué dotar la ,Casa de una vida económica segura y des– nhogada, basada -en medios propios de subsistencia. Comenzó por in– tensificar la agricultura, la cría de ganado y animales domésticos. Va– r ias veces las periódicas crecientes del río anularon sus esfuerzos, y siempre el animoso Padre Samuel volvía a empezar con el mismo de– nuedo, tapando aquí _cañaotes, levantando allí malecones, haciendo ti– tánicos esfuerzos con !los escasos medios d•e que disponía para superar a la adversa naturaleza. En cuanto a los edificios, levantó dos salones amplios para los indí– genas internos; construyó la casa de las Hermanas Misioneras, que lle-