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254 VEINTICINCO A&OS DE APOSTOLADO Congregaciones piadosas y .emprendió excursiones arriesgadas, llevan– do el c_onsuelo de la religión hasta a los que nunca lo habían oídio. Celebraba con inusitada pompa y fervor las siguientes 119venas: la del Patriarca San José, patrono del lugar; la de la Virgen del Valle, patrona de los nativos de Margarita, y la de la Virgen del Carmen, a la cual profesaba él singular devoción. Buscaba para ello todos los medios de atractivo y r eclamo; uno de sus favoritos era salir por las calles m edia hora antes -del ejercicio piadoso con los niños formados en dos filas portando banderas de diversos colores y cantando cántiéos religiosos acompañados por la banda que él había formado. · Sus ejemplos de caridad y compasión hacia los pobres conmovían a todas las personas de cualquier ideología, clase y condición. ,Varias veces acarició el proyecto de hacer un hospítal para la clase meneste– rosa de los caños y, encontrán-dolo irreal~zable por medios privados o particulares, llegó a sugerirlo con insistencia al Gobernador del Terri– to-rio, Coroni:.l Uzcátegui, quien le <lió buenas esperanzas, pero ni uno , ni otro logró ponerlo en ejecución. Su abogacía en favor de los hun).ildes era clásica y .en ella _resal– tan dos hechos que mencionaré: El un'o fué que, tratando el gobernador de decretar un impuesto a los vendedores de leña, quienes a costa de trabajos la traían de lu– gares apartados ganando ,escasamente lo preciso para su manutención, el Padre Samuel se opuso tenazmente hasta lograr que el decreto no se llevase a ejecución! lo cual no dejó de ser una bizarría en aquellos tiempos. El otro hecho con su parte cómica sucedió así: El gobernador ael Territorio, que para esa fecha era el Coronel Uzcátegui, dió otro decreto por el cual a todos los frentes de las casas debían poner los propietarios tejado de cinc; medida buena, pero no factible para mu– chas familias pobres donde dicho material era aun tan costoso. El Padre Samuel abogó, pero en mala hora, porque el gobernador , con– siderándolo corno un acto de insubordinación, ordenó le m-etieran preso. Y como el Padre Samuel se hubiese ido ya ·parn el caserío de Vuelta Triste en cumplimiento de su ministerio sagrado, allá le si– guieron los enviados del gobernador, los cuales, al verle debajo ele un árbol rezando el Oficio divino y que ora se santiguaba, ora se arrodillaba, ora levantaba los ojos al cielo, etc., volviéronse a todo remo y d~jeron al gobernador: "Coronel, no haga usted caso de ese hombre, que está loco; nosotros le vimos haciendo visajes". Interim, los del caserío contaron al Padre cómo el gobernador había ordenado prenderle. Al punto pide un gallo de los mejores que había en la casa

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