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EL R. P. SAMUEL DE SAN MATEO 251 drugaca vieron al Padre Samuel, solo, cargando cajas de arena y otros materii:l,l~s d_esde. lar gas .distancias y po17 sitios escabrosos para que a la hora de. empezar l<;>s_jorna~er os la fabricación no perdiesen el tiem– po por· falta -de mat~rial, y alguna vez yontó el mismo Padre a otro religioso que el , d!nero que entonces recibía del Superior para sus via– jes y &'llstento lo economizaba para pagar jornales de las capillas, ha– ciendo !as caminatas a pie y pidiendo la comida de limosna. Sus esfuerzos ·sé vieron coronados· poi: ei' éxito, ·y los feligreses. comprendieron unánimem ente que el éxito era debido al tesonero es– fuerzo del · Padre Samuel, de tal suerte que el día de la bendición o ~nauglU'ación de la capilla· de Caguana, en un anebato de gratitud y de entusiasmo, cogieron al Padre y le llevaron en -hombros, -con acla– maciones victoriosas, hasta su propia residencia. Todos le querí~n, porque todos palpar<;m su benéfica influencia espiritual; y él quería a todos y a todos visitaba, así al rico hacendado de café COIT).O al más pobre y sencillo jíbaro, repartiendo a todos con abundi:.ncia la saludable doctrina del Señor. Párroco de Tucupita. En esta tarea le sorprendió la orden de traslado ,para la república de Venezuela. Aún la erección ,del Vicariato Apostólico del Caroní no era sino un vago proyecto. Mas para que el proyecto cristalizase, y a petición del pueblo deitano, que en todo el Territorio no tenía ni un sacerdote, los Capuch inos aceptaron la ·parroquia de Tucupita, entrando en ella como primer párro~o el P.adre .Arcángel de Valdavida el 18 de agosto• de 1919, quien a p,oco de llegar enfermó de cuidado y, para sustituirle, enviar•:m los superiores al P adre Samuel, el c~al Hegó en octubre de · • r • , , , • ese mismo año." Era natural, por lo 'qu~ en _n ada ofende a los buenos deitanos a quie·n~s los Misioneros p·r ofesamos singular cariño, ·q ue la piedad reli- . giQsá en tale:, éircunsta_nci~~ . fuese c:;:asi ex~lusivam ente conocida o practicada' por algunos que habían recibi~o educ;;t~ión en otras ciu– qades :l~. Vei:i,ezuela. Pero lo qt,1e !]ice rn.uy alto. es c.uán .abnegadamente trabajo el Padre Samuel y cómo se indust.rió para infiltrarla µo sólo en los njños, .s~ que tpmbién en las personas mayores, .de modo que .al afio -~l templo era insuficiente para la numerosa concurrencia a los . actos, <ie ~ulto. Llamaba. a las puertas de los que vivían bien y a la de los que no tenían aún cons:ituido hogar cris tiano. Exhortaba a los unos y reconvenía dulcemente a los otros; a todos pedía, importuna-
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