BCCCAP00000000000000000000746

250 VEINTI CINCO AfilOS DE APOSTOLADO memoria pronta, fácil expresión, manos aptas y dispuestas para todo trabajo; multiplicábase en la iglesia, en .la ·escuela, en las obras mate– riales, sin punto de reposo y con tiempo desahogado para todo·. Era sencillo, amigo fiel, de afable trato . .. en fi~, le: retrataré con el rasgo que de él •dió quien pudo conocerle a fondo, su compañero y santo religioso el R. P . Santos de Abelgas: decía·. éste con fre~uencia del Pa– dre Samuel-que tenía "un corazón de oro .sin mezcla de'~amargura". Es lástima, y lástima grande, que no ·se h ayan recogido· todos los pormenores de- su animosa vida, cuajada de hechos edificantes, 'de ac– ciones de valor, de notas am~nas. e instructivas. ¡ Campos de Jayuya, selvas del Caroní, vos·otros sois afortunados por depositarios de tales. hechos! De la cuna al apostolado. Nació el Padre Samuel en San Mateo, pueblo de la provincia de Sanfander (España), d 21 de julio ,die 1887. Sus honorables padres, Félix Sasián y Felisa Quevedo, pusiéronle al ser bautizado el nombre de Pedro, que se le trocó por el de Samuel al ingresar en 1a Orden Franciscano-Capuchina el 31 de julio de 1902. Contaba, pues, para esa fecha quinc•e años de edad. Afirmóse en su vocación religiosa •durante el año de prueba o No– viciado y, emitidos los votos de la profesión el 2 de agosto die 1903, cursó laudablemente la filosofía y ciencias eclesiásticas, siendo orde– nado presbítero el 1 9 de junio de 1912 a los 25 años de edad. Apóstol de los "jíbaros". Sólo tres años ejerció los minister ios eclesiásticos en la Madre Patria, embarcándose en octubre de 1915 para Puerto Rico, donde tra– bajó con celo y abnegación por espacio aie· cuatro años. Su campo de acción en la isla borinqueña fué la p_arr{)quia de Utuado, p or aquel entonces confiada a nuestra Provincia _Capuchina de Castilla, y de esta parroquia lo fueron más particularmente , os ba– rrios de Limón, Collares y Caguana, .donde viven sencillos aldeanos que llevan .el nombre de "jíbaros". En e~tos dos ú ltimos caseríos hizo construir en cada uno su ca– pilla para celebrar: los divinos ofici_os y atender mejor al catecismo, no desdeñándos.e de ir él mismo a._ped!ir limosna de puerta ~n pue~ta para sufragar los gastos de las construcciones y hasta d_e trabajar como peón en ellas. . . A este propósito, cuentan los lugarefros que muchas veces de ma-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz