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244 VEINTICINCO ·AÑOS DE APOSTOLADO Petróleo. Comenzó su explotación por los años 1933. Actualmente hay en pro.ducción 19 pozos en la región de Pedernales y siguen ha– ciéndose nuevas perforaciones en diversos puntos (Caño Manami– to, La Horqueta, Tucupita). La producción de "oro negro" del Te– rritorio fué en 1941 de 1.584.432 barri1'es. Mangle. Hace unos 30 años que se viene explotando con regularidad e intensidad variable la corteza de mangle -colorado ("Rhizophora Mangle L."), utilizada principalmente y muy apreciada en diver– s;1s curtidurías de la nación por su gran porcentaje de tanino ( 31 %) . También se explota la madei:a delgada ,de mangle -"varas- de mangle"- para costillaje de casas. Aunque esta industria extrac– tiva, por razón de su naturaleza agotadora de las riquezas natura– les~ es de tipo móvil, está casi circunserita a la región de los caños .Pedernales y Cocuína. Riqueza maderera. Es notable, tanto en la Serranía Imataca, como en el Delta. Abundan principalmente .las siguientes clases: Algarro– bo, apamate,. cacao de montaña, cachicamo, cairibali, carapo, ce– dro, cocojoro, congrio, currucay, m'Ora, palo brasi_l, palo gateado, purgo, rosa de montaña, sasafrás y otras no tan conocidas. Riqueza minera. Es ya tan proverbial la riqueza en hierro nativo que po– see la Sierra lmataca, que la Comisión Exploradora de 1939 calcu– ló eu alrededor de mil millones -de tone.ladas. P ero más notable es aún su alto porcentaje •de hierro: 45%, por término medio, y hasta 70% en "El Pao'' y "La Represalia", a unos 15 kilómetros al Sur de Sacupana. También' hay en la Serranía citada or 0 de aluvión y, al parecer, "bauxita" (hidratos de alúmina natural). Explotación de la caña de azúcar. La fertilidad del terreno, secunda– da por el calor y humedad notables, hace que la caña de azúcar pros1>~re gra!1demente. Para industrializa,rla existen numerosos trapiches, de tracción animal, diseminados_principalmente por Río Grande y caños Macareo y Manamo. También hay un alan1bique en la vertiente norte de Imataca. El Terreno, exceptuando la Sierra Imataca, es todo sedimentario y alu– vional y sujeto en su máxima parte a las inundaciones anuales del Orinoco, que empieza a crecer entre abril y mayo y llega a su máximo a mediados de agosto. También entre fines de octubre y principios de n oviembre experimentan un ligero aumento de vo– lum.en sus aguas ya •en franco descenso, hasta que llegan a su nivel mínimo en febrero.

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