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CAPILLAS E IGLESIAS ' '. . ' . . 127 El San Francisco de las pr·ucesiones, de ia V. O. T . (1935) . La Inmacufada, de·las Hijas de Mar ía. (1936). El Corazón de J esús del frontis de la iglesia (1937), oosteado por Ja señorita Elena Rodriguez España., Terciaria Franciscana (q. e. p. d.). Dos confesionarios ·preciosos, hechos en Caracas (1938)' por los PP. Salesianos. Y dos allarcs nuevos, hechos en Trinida(J (1938) por los P.P. Be– ne<lictinos. F.n u11a palabra, siendo púrrocu de 1 ucup1ta •e i P. Félix d P. Vega– miau, se hizo lo más costoso de la nueva igJesia¡ a saber: La fachada, las dos torres, el coro, tres arcadas mteruas, iás puertas, las -ventanas, los calados ·del pr~sbiterio. !,e termrnaron las paredes laterales y se techó del todo la iglesia. De suerte qtie, a-1 ser ti:asladüdo a Upata en 19:19. cmno Rector del Seminario. pudiéramos decir que t>I templo ele Tucupita estaba virtualmente terminado. Mid•e 30 metros de largo, 14 de ancho y 12 de alto. El sucesor del P. Félix. el R. P. liaspur cte Pinilln, no dejó parali– zar las obras. Se colocaron los hermosos y vistoso:. ventanales de co– lor, que costaron Bs. 5.000 pagados oon limosnas y fueron traídos de Alemania, se puso el nuevo comulgatorio y el Cuadro de la Cena en la cima del presbiter io. Se adquirió un nuevo armonio, fabricado en Caracas, que costó Bs. 1.500, pagados por los Padres Misioneros, y un buen lote d •eornam entos nue,·os, pedidos n F: anci:1 por ~-u an te– cesor. sobresaliendo, entre Lodos, el preciosísimo eswndarte del Cora– zón de Jesús, bordado Lodo él primorosamcule, i11cl11.so !u imagen. por las Clarisas Franciscanas -de París. En este tiempo se embelleció l a iglesia con ,la capilla del Santo Cris– lo de Limpias y la imagen de Santa Teresa del iño .Jesús, adquirida con limosnas recolectadas por la scñ,ori ta Maria Barroe la. La custodia grande, que luce sus piedras p reciosas en las grandes solemnida des, la donó Monseifor ConsJantino Gómez Villa, Vi-cario Apos tólico del Caro– ni, en 1940. Finalmente. desde enero ·de 1H11 u ft'hrero de 1D4:~. el dinámico P. Baltasar de Matallana no se dió -¡,unto de r eposo, hasta ver terminada una obr a que tanta preocupaci<in y sacrificios hnb.ía costado a sus an– tecesores; tanto, q ue, en hrcv~ espacio d e tiempo, se construyó eJ 'aliar mayor, todo de cemen to, imitando múrri1ol y la capilla del Nazar eno; se puso el hamoso cielo raso, de· láminas _aceradas, estampada.s, traidas de los Estadqs Uni•rlos, qu~ da luslre y belleza especial al nuevo temph.l. Cada estación del hermoso Viacrucis, en bajorrelieve, fué costeada por familias partic.ularcs de la población . . . · · Hoy Tucupita puede estar org11Üosa c·1c· Sll templo. Sí, suyo, muy