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126 VEINTICINCO :A&OS DE APOSTOLADO Al fin, viendo Monseñor D iego Antonio Alonso Nistal, Vic. Ap. del Caroní; la inutilidad de las exper ienci as efectuadas en la plaza •"Bolí– var", ordenó al Padre P árroco que la nueva iglesia se Jevantase en el nüsmo sitio de -la antigua capilla, que es el que ocu,pa hoy. Los trabajos, debido a ía escasez de r ecur sos, llevar~n ritmo lento, pero seguro: de tal manera, que, al ser tra•)ladado en mayo de 1930 el P. Nicolás a Guasipati y luego a la Gran Sahnna, hnbíanse terminado ya dos arcos <le cada lado y In capilla ,del presbiterio. Continuaron los trabajos en tiempo de su sucesor, el R. P . Tomás <le Gr njal; y en dos aiíos qut! estuvo al frente de la parroquia, se cons– truyeron dos arcos más y se lcvanta'ron cuatro metros las paredes late– rales en todo el contorno. Para la rnieva igle~ia regaló un befüsimo _San.to Sepulcro (Cristo yacente) el Sr. Pedro Púez Pahón; y los Padres Misioneros trajeron a <:us expensas, la imagen grande de San Fran cisco, venida de Valencia (Espafia)° y bendecida en 1931. En el afio ·de 1932 fué'. nombrado párroco el R. P . Félix María de Vegamián, y poco después le dier on por compañero al joven Misionero P . Isaac de Mondreganes. "Verdaderos artífices del templo de Tucu– pita" pudiéi-amos llamar a los PP. Vegamián y Mondregan es, quienes derrocharon abnegación, sacrificio y sudores durante varios años, en lo más costoso Je la fábr ica . Ellos mismos trabajaban, durante el día, como peones entre los obreros, y, por la noch e, varias veces salieron, acornpaiiadus de ahnega·dos jóvenes católicos, en busca de granza, pie– dra y a rena para relleno y construcción. El exceso de trabajo ocasionó al P. F élix doble i1erniu ,que le obli– gó en 1935 a operarse, para lo cual dehió ausP.ntar~:!-' algún tiempo ele la parroquii::: . Mientras tanto, ocupó su lugar el R. P . Alvaro de Espinosa, a quien se le rlebe ei diseño de fa hermosa fachada <le la iglesia y la feliz idea <le los grandes ventanales de color lraidos ·de A.leman.ia, que tanto em– bellecen a la iglesia . El P . Félix, apenas r epuesto ele la operación, tornó de nueYo u Tu– c11pita y con tinuó con nuevos bríos 1a obra comenzada. P ero no tar<.io en sufrir n uevo desastre. Una grande henda en un pie, ocasionada al bajar resbalando por los andam10s, le obligó a abandonar nuc>vamentc la parroquia . · El P. Isaac de Mondregane~ q ue<1ó lempnrairnentc encar gado de la. misma y empujó las obras adelante cuanto pudo. Durante la administración úcl P . Félix en la parroquia de Tucu– pita, la iglesia adquirió nueva'::; imágenes y onJ e tos de culto. La' imagen <lel Nazareno, oferta del Sr. Emeterio Chirinos (1934). El Santo Cristo · de Limpias, costeado nor e l pueblo. (1()34).

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