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EL DR. SAMUEL DAR.10 MAWONADO 117 plaga de parásitos causa, no sólo en los niños, sí que también en los :1dultos. Todavía en esta misma población, a pesar del saneamiento y asistencia médica y de la Unidad Sanitaria, existente desde hace años en Tucupita, se registran numerosísimos casos. Pues bien, esta enferme<lad, conocida en Francia y Bélgica con el nombre de anemia de los obreros, 'y cuya causa fué descubierta en · 1838 -por Dubini, se ha sometido a una profilaxia poco fácil y aún im– posible en ·estos medios. El proce:.o indicad-a, a hase de purgantes y antihelmínticos, la dieta láctea y un régimen atemperante, la aplica– ción preferente del extracto etéreo de helecho macho, el timol y la do– lianina, encontraron en Tucupita un rival insuperable, cuya eficacia combativa y seguro triunfo han probado, desde el doctor Maldonado, lodos los habitantes del Delta, con las ventajas de estar al alcance de ricos y pobres, pues se pr~duce en la región, y no necesita d~ fórmu– las: tal es la leche de higuerón, extraída del árbol de quien toma nombre.· La campaña que el doctor Maldonado emprendió al respecto, está llena de curiosas anécdotas, que le han merecido el sobreno1insre de "El Dr. del higuerón". Testigos oculares, que al mismo tiempo fueron pro tagonistas también, nos cuentan cómo la Gobernación se veía inva– dida de víctimas de tan tcrribl·e flagelo, quienes, de grado o por fuerza, tenían que someterse al tratamiento. Naturalmente, los que podían es– capar a tal medida, procuraban hacerlo, y no porque hubie1;a peligro en la aplicación de la medicina, sino únicamente por los efectos, algún lanto molestos, que causa. Sin embargo, la vigilancia del doctor Mal– donado lle,gó a tal extremo que, cuantos enferJTIOS encontraba por Ja calle, al poner su ojo clínico en su rostro, inmediatamente los hacía llevar a la Gobernación, o allí mismo les propinaba una fuerte dosis ,le tan. eficaz remedio. Así, por lo tenaz de su carácter y por el cargo de que estaba revestido, alcanzó éxito rotundo, salvó muchas vidas y c:onsiguió que la leche de higuer-ón sea hoy una droga extraída de la nMuraleza en . estado puro, muy familiar ya a los habitantes del Te– rritorio. Otra de las obras que el Territorio Delta Amacuro tiene mucho que agradecer al doctor Maldonado, .es el hecho de haber trabajado te– soneramente para que los Capuchinos tuvieran una residencia fija en Tucupita y se encargaran de la Parroquia, y por eso es por lo que tam– bién los Padres Capuchiuos guardamos de él muy grata memoria y en estas páginas ·hemos querido significarle una vez más nuestra grati– tud, dedicándole este trabajo. En o·tra Memoria, a l hablar de la vida religiosa, hemos dicho algo

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