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112 VEINTICINCO A feOS DE APOSTOLADO Mas, como mi permanencia en el Delta ha sido de corto tiempo,. no puedo hablar con la autoridad de tes tigo ocu-lar , ni con lujo de de– talles, acerca de la obra de los P adres Capuchinos. Empero, basándome en hechos cumplidos, q ue son pruebas irrefu– tables, puedo decir, sin lemr:r a equivocarme, que los Misioneros del Caroní han realizado una labor fecunda y provechosa, que merece m i más cálido aplauso, como lo demuestra elocuentemente el éxito obteni– do en el ejercicio de su aposto-lado. Bajo el punto de vista r eligioso, son valiosas e innegables las con– q uistas que han hecho, como puede apreéiár se por ·el conócimiento que de la doctrina cristiana se tiene en general en toda la jurisdicción y por el significativo }:lecho de que sus habitantes, con rara"s excepciones, son mili-tan'tes 'de la Iglesia Católica, la cual es respetada por todos. Da to irrefutable y- convincente de mi aserto, lo constituye el espí– ritu religioso que se n_ota .en esta ciudad, del cual es vivo testimonio la hermpsa y amplia Igles~a Parroquial, cuy.a construcción está ya casi terminada. T ambién corrobora mi asevieración en tal sentido, la cir– cunstancia de que en varias poblaciones del interior de la Entidad exis– ten capillas cristianas, y los Misioneros van periódicamente a celebrar festividades r eligiosas, especialmente, .las .de sui, respectivos patronos. En el aspecto .de catequización, los Misioneros han trabajado con eficiencia y energía; y no han . sido inútiles sus esfuerzos, pues han fundado una, Casa Misión, que funciona en el Araguaimujo, en la cuaI tienen bajo su dirección numerosos indígenas de ambos sexos, con la colaboración de Misioneras Capuchina~. · Según he sido informado, los indígenas r eciben instrucción prima– ria y religiosa y aprenden .obr~s manuales y labores agrícolas, en el expresado Centro. Asimismo, se me ha enterado de que ,cuando aqué– llos han h echo ya su apr endizaje y por su propia voluntad quieren contraer matrimonio, los Misioneros disponen lo conducente y a cada pareja le proporcionan habitación fij a y le dan determinado lote de tierras para su cultivo. Este procedimiento es, sin duda alguna, acerta– do y beneficioso, porque además de contribuir eficazmente a desterrar del indio su innata propensión a la vida nómada, despierta en ellos el cariño por un domicilio fijo, mantiene unidos entre s-í a los civilizados y afirma en sus conciencias el amor al trabajo. P.or otra par.te , _las .activ~dades de_los Misioneros han redundado .de manera altamente b t.ne ~iciosa en _p~o de -la .cult~ra de estas r egiones, y~. gu~ ellos 1,19 _pienlep .pcasión par.a instruir .al pue~l_o 1 , s~_bre tópic~s _q~e ,contribuye,n a l~ f,ormación .~e .un :s~no, .r ect~ l ~1e!1 or1~ntado cx:1- lerio. Sobre este par.Hc.,ular, sle:mpre _se ~l:l~ mamfesta~o . d1spues~_os a