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102 VEINTICINCO AÑOS DE APOSTOLADO Parroquia. No se han escatimado medios: Catequistas auxiliares; pre– mios por asistencia; bazares, fies.tas infantiles, el canto religioso para hacerlo más am·eno y comprensivo, Velad:as, propaganda, y, sobre todo, la frecuente predicación y Uamadas urgentes a los padres y tutores; todo se ha puesto en práctica. Además del Catecismo dominical, duran– te dos o tres meses, cada año, se dan clases diarias para los niños que se preparan para su Primera Comunión. Igualmente, se ha puesto todo <!mpeño en atender las clases de Catecismo en todas las escuelas, de acuerdo con lo estatuido por la Ley, debiendo en ocasiones vencer todos los obstáculos que se le han opuesto al Sacerdote en tan santa como pro– vechosa labor. 3 9 ) OBRA DE LA BUENA PRENSA Desde el año 1925 se ha sostenidó una h ermosa campaña en pro de los principios católicos con la buena prensa. Todos los domingos se re– parten hojas volantes en las Misas. Primero fu_eron 500 ejemplares de "El Propagandista Católico", de Texas, cada mes; más tarde, al publi– carse "La Buena Prensa", de Caracas, fueron ya MIL ejemplares desde el año treinta y ocho, habiéndose pagado la suscripción perpetua. Del mismo modo se han repartido otras muchas publicaciones ca– tólicas: El diario "La Religión", la "Revista Católica", de Texas, "Ve– nezuela Misionera", y otras varias, aunque en menor número y fre– cuencia. Todavía, para dar más impulso a esta poderosa arma de apos– tolado, el R. P. Félix de Vegamián, encargó a la señorita María Ba– rroeta de la Agencia de la Buena Prensa, con el loable fin de buscar suscripciones para periódicos y r evistas de orientación católica, cargo que desempeñó tesoneramente, si bien con poco éxito. En 1933 el mismo Padre Félix fundó un Centro de Propaganda Re– Hgiosa, que siempre han atendido las Hermanas Capuchinas de la Sa– grada Familia con el mayor esmero · y. paciencia. Este centro se en– carga de la venta de todo artículo religioso a precios casi gratuitos, de ma;\!era que p uedan estar al alcance de todos sin perjuicio del Centro. Debido a esto, bien pronto -se vió como un desbordamiento de objetos religio:sos en todo el Te1Titorio: libros, cuadros, estampas, medallas, crucifijos, rosarios, etc., etc., que contribuyeron sobremanera al fo– mento de la fe y de la vida religiosa. 4°) DEVOCIONES PRINCIPALES CON CARACTER PUBLICO El Santo Rosario. Es costumbre rezarlo todos los días en la iglesia. La asistencia de los fieles hasta hace poco más o menos cinco años, era muy numerosa; después fué decayendo lamentablemente a medida que

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