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VIDA REUGIOSA 95 una hermosa corona de bronce, cuyo lema reza: "La Cofradía del San– tísimo de Tucupita, a la memoria del Padre de la Patria, en el primer Centenario de su muerte". En 1926, a raíz de su fundación, patrocinó una serie de Conferen– cias apologéticas, dadas por su Director, R. P. Nicolás de Cármenes. En 1935, el R. P. Isaac de Mndreganes abrió también un Curso de confe– rencias de Sociología, perteneciendo la mayoría ae los asistentes a la Hermandad. Este Curso no tuvo ninguna efectivida d, ya que a la se– gunda clase hubo que clausurarlo irremisiblemente por los distintos partidos políticos, que se formaron en ese tiempo, con ideas muy en– contradas, descendiendo a veces al terreno personalista. Mucho se la– mentó el incidente, pues el Curso estaba prestigiado por varios Docto– res, que con verdad.ero interés y provecho alternaban en el turno de la discusión, llegando a repercutir favorablemente hasta en la prensa local. g)" Juventud Católica Masculina. - Fundada en 1926 por el R. P. Tomás de Grajal, tuvo mi.ly hermosos principios por el entusiasmo que el Padre supo inspirarle, pero el plazo de· su existencia fué harto corto. Otro, no menos entusiasta y hábil emprendedor, que por manera admi– rable sabía ganarse las simpatías de todos, el P. Antolin de Antoñán, la reorganizó más tarde, pero con parecidos r esultados, pues la incons– tancia, "gran destructura del andamiaje de este género de obras", como de otras semejantes, terminó con ella. Todavía, el primero de abril de 1935, se reunieron en la Casa Parroquial unos cuantos jóvenes, invita– dos por el R. P. Félix de Vegam.iáu, para r einstalarla. Así se hizo, y, desde esta fecha, bajo la dirección del P. Félix primero, del P. Alvaro después, y al poco tiempo, del P. Mondreganes, ha seguido la Juventud Masculina una marcha, ora con entusiasmo, ora acusando notable inter– mitencia con alzas y bajas, y en veces, sin demosfración alguna de ver– dadera existencia. Sin embargo, ha contribuido sobremanera en la for– mación cristiana y en la cultura de los jóvenes, orientándolos por ca– minos llanos y limpios, no pocas veces en un ambiente sumamente desfavorable, y aún de enconada lucha contra los principios católicos, como sucediera al fundarse en la población un centro espiritista y so– brevenir una inundación propagan{lista de exóticas y desorienta-doras doctrinas. Hemos de confesar y estimar en lo que merece, que enton– ces la juventud estuvo al lado del Sacerdote, en casi su totalidad, y asistía a conferencias de orientación católica una o más veces por mes. Además, para contrarrestar tan desmedida y atrevida campaña opues– ta, ofrecieron _al público una magnífica Asamblea y Velada artístico– literaria, exponiendo con verdadero acierto la finalMad de su Programa. Junto con la V. O. Tercera fundaron una "Biblioteca católica, que

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