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-·- 10 -··- -Los que se preocupan por el auge y prosperidad de la Patria, sa– b<'11 muy bien de la obra realiz ada por los Capuchinos en Tucupita u ledo el T erritorio Della Amacuro, e:rtend ida luego a la dilalacla re– gión d el V icarialo. Hoy el tem plo d e la rnpital del T erritorio está di– ciendo d e la labor m aterial d e los Religiosos, que d e sw ; f ae,ws cspiri– tw 1les sólo Dios sabe el número de almas que l ulll llevado al ,w lil d e 11uestro S eñor Jesucristo. Y cabe aquí u11 recuerdo al R. P. Samuel de San Maleo y al Dr. Samuel Darío Maldonado, los que con el carácter <le Superior de la R esiden cia y como Gobernador clei T erritorio, respec– tivamente, iniciaron la con versión d e los pueblos, que se leva11lw1 don– de el caudaloso Orinoco paga su tributo al rey d e las aguas. Después vinieron a rc forzc;r la milicia frdnciscana tus Rudas. Her– manas Capuchinas con sus famosos Colegios d e Tucupila y Upala, y la escuela misional de A raguai mujo; y últimamente la fundación d e las Ilermanus Fra11ciscwws :d e Santa Elena·de Uairén y Kavanayén en la Gran Sabana. Todas estas Institucion es representan un enorme aporte a la cultura de la Patrla. · • •:•· ·, L" Y eslos religiosos han venido a d emostrar d e nuevo que en cien– cia y literatura han estado siempre a la vanguardia en todos los con– Lingentcs. Los Capuchinos :del T erritorio h an enriquecido la bibliogra– fía nacional escribiendo obi·as d e dialectos indígenas, ,gramáticas y vo– cab11larios del guaraúno, estudios etnográficos, que se publican en la R evista "Cultura Nacional" del Ministerio de Educación. A simismo,. tienen recogidas hermosas tradi¡;ümes y leyendas prehistóricas, algu-• nas d e las cuales han aparecido en su R evista ''Venezuela Misionera", y algunos Misioneros tien en en preparación el estudio de la música y canciones indlgenas con otros estudios de índole parecida. Esto no lo saben, no lo entienden, y no lo ven los enemigos de los frailes, que vale tanto como decir, los enemigos d e la Iglesia, de las ciencias y de las letras. Pocos, muy pocos ven ezolanos, se han dado– al estudio de las lenguas aborígenes, y entre los cuales contamos a Tu– lio Febres Cordero, a A/varado, Amllcar Fonseca y quizá algún otro. Tarea ha sido d e Franciscanos, Capuchinos, Dominicos, Jesuítas y otros R eligiosos salvar los restos de Los diversos idiomas, que se hablaron en Venezuela. La celebración del vigésimo quinto aniversario d el establecimiento, de los Capuchinos en Tucupita, es motivo d e júbilo para los que se preocupan por los sagrados intereses de la Iglesia y por los derechos– inalienables de la R epública. Si las Misiones d e Guayana no las hu-
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