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izqu.ie :rda teníamos los Castillos de Guayana, dos forta– lezas construidas por los españoles en tiempo de la Colo– nia para ·defender la entrada de! Oricono, muy cerca de donde se fondó anteriormente la eíudad de Santo Tomé, trasladada después al lugar de Angostura y que hoy lle– va el nombre de Ciudad Bolívar. Detrás de ellos, for– mando una gran curva, se erguía la sierra de Imataca, embozada de flora hasta el cogote, ocultando así las ri– quezas que atesora en su seno, y que, según cientí:Hcos urgadores, ascienden a mil millones de toneladas de hie– rro . A la derecha, llanura ... , más llanura ... , ¡inmensa llanura!. .. Río arriba, y a una distancia de cañón, alcanzaban nuestros ojos varias casitas blancas sobre una loma des– nuda, alineadas ·a lo largo de la costa. Era el pueblo de San Félix, de fundación Capuchina, donde el General Piar se había inmortalizado en 1817 con su victoria sobre las tropas realistas comandadas por el jefe español La Torre. Puerto de Tablas es llamado este desembarcadero en las historias y relatos antiguos. Mas nosotros no vimos ni tablas ni muelle de materia alguna, por lo que saltamos a tierra como Dios nos dio a entender. 11.-ALLI SUCEDIO QUE ••• Salió a recibimos el veterano m1s.10nero Capuchino padre Inocencio de La Antigua, el cual regentaba desde hacía algunos años esa parroquia, y gozosos por el via– je tan feliz, y porque nuestros pies pisaban ya el campo de la herencia, dimos en la iglesia rendidas gracias al Padre de la mies, pedírnosle fuerzas para trabajar como 27

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