BCCCAP00000000000000000000745

-Barcelonés. -¿Cómo? ¿ Un español poi· estas tierras? -No, señor; yo soy de aquí, de Venezuela. - ¡Ah, sí! Ya entiendo. ¿ Y lleva mucho tiempo na- vegando? -Pues entre éste y otros barcos, los dos tercios de mi vida. -¿ Y empezó usted... ? -Cuando contaba trece años. -Le he juzgado muy religioso por el saludo. ¿ Va usted con frecuencia a la iglesia? -Pues, Padre, para serle franco, no; siempre me la paso entre el mar y el río, y no tengo tiempo. Quise empezar a ejercer mi apostolado y aproveché la oportunidad para decirle: - ¡Bien, bien! Claro, hay que trabajar para vivir, pero sin olvidar los deberes cristianos. Mire que algún día tenemos que ajustar las cuentas con Dios. - ¡Ah! -repuso el hombre, muy resuelto-, ésas, bendito cura, ya hace tiempo que las tengo yo arregla– das con San Celestino-. San Celestino es el patrón de Barcelona de Venezuela, y allí se venera el cuerpo del Santo, momificado. -Mi amigo -repliqué, entregándole la taza-, pero si ·no las arregla usted con Dios... - ¡Primero San Celestino y después Dios! -dijo y se largó por el corredor, dejándome de una sola pieza. 10.-PUERTO DE TABLAS Bogábamos por donde el río viene en un solo cauce y con una anchura no menor de cuatro kilómetros. A la 26

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz