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-Ahorn hay que signarse tres veces y rezar un credo. al: Gran Poder de Dios. - ¡Muy bien, paisano, muy bien! Muchas gracias. Esa sí es oracón buena; con ella no entrará aquí esta noche ni Canaima, ni Satanás. --Ni duende ni ánima en pena. Así que pa servir– le, capitán ¡a la orden! Celestino Chirigüita me llaman por Barcelona, y Congorocho audaz, por estos lados de. la selva. ¡Buenas noches! Que duerma usté bien, capi– tán. --Gracias, igualmente. Adiós. Hasta mañana. Todo enmudeció, y admirándome quedé cómo había podido llegar hasta aquellos rincones ese trozo de Lope de Vega. 3.-LA NOTICIA DEL HALLAZGO. La mañana siguiente, temprano, enterraron los cadá– veres e hicieron los trabajadores al lado del campamen– to una gran tala de árboles y maleza, como de media hectárea; amontonaron toda la broza y prendieron fue– go, levantándose el humo, libre de obstáculos, como una gruesa y compacta columna, centenares de codos sobre la superficie dr, la sPlva. Luego fue avistada por los avio– nes de reconocimiento, que seguían incansables nuestra . búsqueda, y a los pocos minutos apareció uno volando casi a ras de las copas de los árboles. En lo que se cercioró de que el humo y hormigueo de abajo era con motivo de haber hallado el avión perdido, regresó a Tumere– mo con la nueva. Pronto los manipuladores telegráficos empezarían a ocuparse ávidamente de retransmitirla hasta los más apar- 289