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A los diez minutos se percibe movimiento en la es– pesura próxima ... Luego aparece un hombre ... , detrás otro ... Se quedan mudos, estáticos... Miran parn el avión desecho, para nosotros... Se llegan... ¡Nos abrazamos! -Pero, ¿cómo? ¿ Estáis vivos aún? -preguntan. - ¡Vivos y salvos! -contesto-. ¡Gracias! ¡Infinitas gracias! Después de Dios, a vosotros debemos la vida. Tenemos hambre. ¿No traéis nada que comer? -Sí, traemos algo; mas, ¿ cuanto hace que no coméis? -Muchos, muchos días; casi todos los que aquí lle- vamos. -Pero aquí no ti-uemos más que arroz frío, y os pue– de hacer daño. Es mejor que esperéis a que os traiga– mos provisiones del campamento. - ¡Esperar! ¡Con el hambre que tenemos! ... -Sí, es preferible. Este alimento puede mataros, y dos horas más las resistiréis. De allí os traeremos vian– das apropiadas. -¡El campamento! ¿Dónde está el campamento? ¿, Quiénes sois vosotros? -pregunto. -¡Ya os lo diremos! 13.-LOS QUE RABIAN SALIDO EN BUSCA DE AGUA. - ¡Salazar ! -grita uno de los que nos habían encon- trado-. Ven, que son los del avión. Están vivos. -¡Salazar !. .. ¿ Quién es ese Salazar? -interrogo. -El que cayó con ustedes -respondió el otro. En esto Salazar, que se había quedado ·atrás, aparece. - ¡Salazar ! -exclamo-. ¿Estáis todos vivos? ¿ Dón- de están tus compañeros? 282