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DEL VIEJO AL NUEVO MUNDO 1..-LA SUERTE, ECHADA DE ANTEMAl'NJl R ODABA en la vida con veinticuatro año;, Je edad y había a.penas terminado mi carrera de sacerdo~i®, cuando el Superior de Ji, Provincia Lap<«;utna a que pe1·tenezco hizo la visita canónica al convento donde me hallaba de familia. -;,Se siente usted con deiaPo,i de ir a las mü 0 iones en – tre infieles? -me preguntó en el tu.rno de confidencia. -A decir v<>rdad. estoy indiferente; si m<' mandan, voy. Hablamos sobre otros asuntos, y m e despidió sin re – velarme su propósito. Días después -agosto de 1930-- fui trasladado a un convento de la costa norteña, dedicándome a la preclica•– ción por los pueblos de Cantabria y V asconia. Allí me sorprendió el trascendental cambio de régimen político - - abr.il de 1931- por el que la España tradicionalmen- 13

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