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nes-, sino que lo hace en virtud de las plegarias y sacri– ficios que por las misiones y misioneros ponen a reta– guardiá las almas piadosas que se han alistado en el ejér– cito conquistador de los fielell. El!to lo tengo yo por muy seguro y quisiera persuadir a todos de ello, para que todos !le aficionasen mucho a rogar por las misiones. Dábame reparo de escribir ciertos hechos, los cuales más bien parece que son para ostentar mi acometividad, mi espíritu aventurero, mi éxito en la aplicación de tal cosa o solución de tal conflicto. Mas, ya que, al fin, los he escrito, pido al lector que lo atribuya todo a Dios nues– tro Señor y ruegue por mí, para que El me libre del de– monio del envanecimiento. Algunos hechos no sucedieron cronológicamente por el orden que los escribo. Mas, para dar cierta ilación de continuidad al libro y para evitar vueltas y revueltas con repetición de descripciones hasta encontrar el orden que les correspondiera, he sacrificado el tiempo y hastá a ve– ces el lugar. Creo que para nuestro objeto lo que impor– ta es el hecho, el cual sucedió. Si con ello logro que los lectores se ocupen de rogar más intensamente por las misiones y misioneros, doy por bien empleado el tiempo que en escribirlos he invertido. ACLARACION Los hechos que aquí se narran se desarrollaron en– tre lol! años 1931-.1945, época en que el Vicario Apos– tólico del Caroní comprendía todo el territorio Federal 11

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