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2.- D IMAGINADO FRANCISCO Si hablar de Dios siempre es difícil, mucho más será ha– cerlo de lo que pensaba Francisco sobre Dios, de cómo era el Dios de Francisco. Para empezar habría que tener en cuenta que Francisco no era teólogo sino que recibió una formación espiritual como cual– quier láico de su tiempo. De tener que concretar' los elementos que contribuyeron, de una forma directa, a que Francisco condensara en una espiritualidad popular su vivencia e imagen de Dios, habría que pensar en la familia, la escuela, la liturgia y el arte. De la formación religiosa que le diera su familia no sabe– mos nada, por lo que hay que suponer que fue la normal. Sin em– bargo la escuela sí que le influyó de una forma definitiva en el mo– do de imaginar a Dios. Francisco aprendió de niño a leer y escribir teniendo como texto base el libro de los Salmos. Si a esto añadimos la participación en la liturgia de Asís y la visión de las obras de ar– te plasmadas en los frescos de las paredes, en las tablas o en los pórticos de las iglesias y catedrales, podremos hacernos una idea de la imagen que tenía Francisco sobre Dios tal como aparece en sus Escritos. 6

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