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4.- LA IGLESIA, LUGAR DE SALVACION Para Francisco no había ninguna duda de que la Iglesia es un lugar de salvación porque en ella está presente Jesús. En su Testamento nos va describiendo todo un tratado de eclesiología práctica que va desde la necesidad de encontrarlo" encontrarlo en la Iglesia pobrecitas" hasta descubrirlo en la presencia sacramen– tal que los sacerdotes realizan por medio de la Palabra. Al principio de su conversion gustaba de acercarse a las Iglesias para adorar al Señor Jesucristo por haber redimido al mundo con su cruz. Pero esta presencia de Jesús no era lo princi– pal para Francisco; para él lo único que salva el cuerpo, la sangre y la palabra de nuestro Señor Jesucristo. Esta presencia sacramen– tal ofrecida por Jesús desde la Iglesia es una continuación en el tiempo de la oferta salvadora de la Trinidad al hacer que el Hijo del Padre se hiciera Hombre por obra del Espíritu Santo. Sin embargo, la presencia de Jesús en la Iglesia desborda el ámbito puramente sacramental e, incluso, de la Palabra. Más allá del espacio litúrgico donde el Señor viene a nuestro encuentro de un modo especial existe otra presencia que refuerza la fidelidad de la encarnación aun después de haber sido glorificado por el Padre. Me refiero a la presencia del Señor en las criaturas y, sobre todo, en el hombre, en el pobre. La presencia de J esus en la Iglesia trae como consecuencia que también nosotros hagamos nuestro camino para encontrarnos con él. Porque ¿dónde encontrar, sino, el calor de la acogida para realizar nuestro seguimiento del Evangelio? La Iglesia podra ser inconsecuente en el seguimiento de Jesús, pero en su seno suena y 12

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