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siánica de Cristo, toda nuestra actividad reli– giosa-cristiana recibe nueva di_gnidad y valor ante la Trinidad. Entre los padres se encuentran frecuentes testimonios de esta dignidad sacerdotál, regia y profética de los confirmados. «La señal de la cruz ha hecho reyes a todos los regenerados en Cristo, y la unción del Espíritu Santo los con– sagra sacerdotes», dice san León 28 aludiendo al texto de l Pe 2, 9 29 • En el prefacio de la consagración del crisma en el jueves santo pide el obispo a Dios que los que hayan de ser un– gidos con ese crisma «reciban el honor sacer– dotal, profético y regio, y con ello sean reves– tidos de un don incorruptible». b) Naturaleza propia del carácter confirma– cional. :.podemos describirla diciendo que per– fecciona, completa, lleva a su perfección o ple– nitud el carácter bautismal. Éste distingue entre los cristianos y los no-cristianos; el carácter con– firmacional señala una situación de mayor per– fección y plenitud dentro de la Iglesia. Santo Tomás alude a esta mayor perfección del carácter confirmacional, diciendo que, por el bautismo, el hombre recibe aptitud y poder 28. Sermo de Natali, 4. MI. 45, 149. 29. Recogen numerosos testimonios de la tradición, Y. M. J. CoNGAR, Jalones para una teo/ozía del laicado. Barcelona 1961, y P. DABIN, Le m– cerdoce roya/ des fid!/es dans la Tradition anciennz et moderne, Bruselas 1950. 52

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