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den separarse, se exigen y completan mutua– mente... Así vimos, hablando del bautismo, que la «muerte-resurrección» sacramental, rea– lizada por el sacramento, debe llevar consigo la muerte por actos personales: ascesis, mor– tificación cristiana 18 • ~ ) La confirmación nos confiere la «ple– nitud sacramental» de la vida cristiana. Ello quiere decir que la perfección de la vida es una exigencia connatural de todo confirmado; perfección que, lograda sacramentalmente en la confirmación, ha de esforzarse el bautizado en ir realizando por medio de sus actos a lo largo de la vida. Y) Al decir que tal perfección es de tipo «sacramental» y realizada precisamente por un sacramento que imprime carácter, se quiere insistir en estas ideas: 1. Por parte de Dios quiere decirse que la voluntad de llevarnos a la perfección de nues– tra vida sobrenatural ha sido querida desde la eternidad (elección); y luego testimoniada en el tiempo por la vocación al bautismo; y finalmente en forma más intensa ha sido «con– sagrada» por el sello del carácter confirma– cional, escrita y sellada por Dios en el fondo t 8. ALEJANDRO DE VILLALMONTE, Teología del bautismo («Pequeña Biblioteca Herder», vol. 63), Barcelona 1964, p. 51-57. 43
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