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nos asemeja a Cristo en una forma peculiar. podemós decir, con santo Tomás. que los con– firmados son hechos conformes a Cristo en su soberana perfección de Verbo encarnado. en cuanto estaba lleno de grada y de verdad, según frase de san Juan. Es decir, que la per– fección-plenitud espiritual de Cristo. en cuanto estaba en inmediata disposición para comuni- ·. carse a otros por su acción mesiánica. se par– ticipa en el cristiano por la confirmación 17 • Esta comparación con Cristo nos ayuda a entender el sentido de la madurez espiritual que. por vía. sacramental, nos confiere la con– .firmación. El Espíritu Santo fue quien impulsó a Cristo para la obra mesiánica. el que lo pro– clamó en el bautismo y lo mantenía continua– mente en acción. Podemos decir que fue Él quien proclamó su madurez espiritual, su adul– tez, y llevó al máximo d desarrollo de la per– sonalidad mesiánica de Cristo; proclamando todas estas cosas ante el público. Algo similar hace el Espíritu que se confiere al cristiano en la confirmación: es proclamado y presentado ante Dics y ante la Iglesia como hombre maduro en la vida espiritual, capacitado y ordenado a in– fluir con su acción en el mantenimiento, defensa y propagación pública del reino de Dios. 17. Summa, m, q. 72, art. l, 4m. 40

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