BCCCAP00000000000000000000741

El Espíritu Santo es el objeto de la gran «promesa» de Jesús a sus discípulos: «Yo rogaré al Padre y os dará otro abogado, que estará con vosotros para siempre, el Espíritu de verdad, que el mundo no puede .recibir» (Jn 14, 16-17). «El abogado, el Espíritu Santo que el. Padre enviará en mi nombre, Él os en– señará todo y os traerá a la memoria todo lo que yo os he dicho» (Jn 14, 26). Conviene que Cristo se vaya para que venga el Paráclito y les revele toda la verdad que Él ha recibido del Hijo y del Padre (Jn 16, 6-15). El Espíritu es llamado el don de Dios Padre por excelen– cia, culminación, complemento y síntesis de todo otro don ª. 3. El Espíritu Santo desciende sobre la Igle– sia en pentecostés. En la tarde misma de la resurrección, Cristo glorificado se presenta ante sus discípulos y les comunica el Espíritu Santo para remisión de los pecados (Jn 20, 20-22). Al subir al cielo encargó a los discípulos que no se apartasen de Jerusalén, sino que esperasen «la promesa gile», cuadernos bíblicos editados por la Liga Católica del Evangelio, n. 0 19, París 1955. Se recogen los textos bíblicos del AT y NT que podrían constituir la base para un estudio sobre el contenido simbólico-teológico del agua como símbolo de lo divino y su acción en el mundo. 8. Act 1, 4-8; 2, 14-33. 21

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz