BCCCAP00000000000000000000740

2. La fuerza del espíritu. Contacto religioso con las verdades reveladas. Aunque se lograse una asimilación intelectual de las verdades dogmáticas, ella sería todavía insuficiente para el teólogo que quiere comunica:: estas verdades al pueblo en el ejercicio del «ministerio de la palabra», bajo cualquiera de sus formas. Se precisa, además, un largo contacto afectivo, cordial, con la verdad revelada: la meditación religiosa, la oración, el esfuerzo sincero por llegar al saboreo y experiencia personal de las verdades teológicas. A toda labor teológica le exige santo Tomás que se termine no sólo en el discens. sed et patiens divina. 36 En forma más fuerte e insistente san Buenaventura ve en este carácter «sapiencial» de la teología la razón formal que: le distingue de toda otra ciencia y de toda otra forma de conocer.ª 1 Igualmente, son manifiestas las hondas conexiones que existen entre la teología y la vida santa. Los teólogos más representativos de la Iglesia ca– tólica han sido los santos doctores o, al menos, hombres de ]Profunda y reconocida piedEd. La teología impulsa de suyo a la vida santa, por una especie de peso y ley misma de las cosas. Normalmente el poder profundizar en las verdades de salvación y lograr exponerlas en forma interesante y personal, apenas es psicológicamen– te posible sino en teólogos de profunda religiosidad y vida interior. 38 Para la teología kerigmática en especial, siempre han 36. Summa Theologica, 1, art. 6, ad 3 m. 37. 1 Sent., Prooem., q. 3; 1, 12-13. 38. Cf. E. W. PLATZECK, O.F.M., L:, mística y el trabajo del teólogo, RevEspir. 3 (1944) 129-153. J. BEUMER, Theologie als religioses Anliegen, MünchTheo!Zschrift. 8 (1957) 295-307. 61

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz